19 ago 2013

Notas rescatables del Barça-Levante







Como en cualquier goleada escandalosa, la gente solo tiene ojos para disfrutar de quienes tuvieron la chance y quienes recibieron el castigo. Si este fuera una análisis táctico, la relevancia sería nula. Levante olvidó su alma en Valencia y desde el primer minuto no fue agresivo. Caparrós lo sufrió.

Al fin y al cabo, las expectativas no fueron las adecuadas pero... ¿algo de bueno ha de tener un partido así? En este breve texto se aclara y toma nota de los rasgos que empiezan a ser costumbre en el Barça de Tata Martino, lo curioso y positivo que se rescató.

1. "Al trote soy el mejor"

Desde que el Barça cuenta con Messi y el juego de posición, los inicios de Liga en el Camp Nou han sido pan comido. Si para el rival se le hace difícil dominar sin balón (o sea, manteniendo la intensidad y eficacia defensiva), estar con un nivel físico y mental bajo se hace imposible. El juego pausado y con alto ritmo en la circulación, de por sí, "enloquece" al rival. Y teniendo en cuenta la recién terminada pretemporada, los primeros partidos con estas circunstancias hacen tener al Barça partidos sencillos.

Pero muy aparte de que el Barça haya superado fácilmente el 4-4-2 de Caparrós, se puso mucha atención a los movimientos y jugadas que empezaron a realizar los nuestros. En primer lugar estuvo Alexis Sánchez, que presentó una serie de rupturas y, sobre todo, un juego mucho más interior que temporadas atrás. El 'Tata' Martino, teniéndole una especial consideración, intentará que sus giros y gran agilidad para encontrar huecos sea clave para un juego ligeramente más vertical.

Zona ocupadas por Alexis
Pero ese juego "ligeramente más vertical" no sería posible sin correctos movimientos sin balón. Muy aparte de los típicos desdoblamientos por banda, el juego pausado de Xavi y la movilidad de Cesc, muchas diagonales se llegaron a trazar al borde del área. Pedro ha alcanzado un nivel extraordinario. Está más fino con sus regates, y gracias a sus correctas lecturas con Adriano, sacó rédito de su viveza.

Aquí una jugada típica del 'Tata' team. Al segundo intento fue gol.



2. Amigo de las permutas

Otra de las cosas por el cual no sería posible el funcionamiento del sistema es la permuta. El 'Tata' es amigo de la permuta. Le gusta que sus jugadores intercambien posiciones. Messi, ayer, fue uno de ellos. Difícilmente, al igual que las "chinchetas" del año pasado, era imaginar a Messi dejando su posición de "falso 9", pero ayer lo mostró, y se predice resultados positivos.

Zonas ocupadas por Leo Messi

Principalmente, porque tras su presencia en zona de Alves, se recuperó aquella sociedad encargada de hacer crecer el tiki-taka en 2009. La sonrisa del brasileño, desaparecida, volvió. Y el Barcelona, descansó. Su virtuosismo es único e inevitable para cualquier defensa armada por líneas.


Lo que no fue novedad es que bajara hasta zonas de interior. Al retener el balón o recuperarlo por el carril izquierdo, Leo aprovechaba en situarse entre líneas o por debajo de ellas en el otro carril. Así, en un cambio de juego rápido, Busquets o cualquier otro podía encontrarlo, viendo imaginariamente un escape rápido y sencillo, como una alfombra roja con dirección hacia el área. Lo otro es que Cesc, que acompañaba al argentino con la posición de delantero centro, no acompañó con las correctas diagonales que suele hacer, en su caso, Alexis Sánchez.

3. ¿Por qué no se fichó a un central?

Un tema que ha sido bastante comentado fue el hecho de no fichar un central. El problema es que, tras la lesión de Puyol, toda la gente entendió que la razón principal era sustituirlo, pero no fue así. Tito Vilanova, el año pasado, no sacó rédito a la presión porque sus objetivos en la primera mitad de temporada pasaron por conservar mucho más el balón, y el 4-2-2-2, siendo bueno, no cultivó ese matiz a principios de año. ¿Qué pasó? Lo pagó con Mascherano y Song, que no son centrales estándares, y por tanto, ante una defensa más estática, no pudieron conservar sus cualidades.

Con el 'Tata' defendiendo a muerte la alta presión, los defensas centrales no vuelven a enfrentarse más a ataques estáticos, sino, siempre directos y rápidos. Tanto Piqué como Masche llegan a anticipar (que es atacar), mas no tanto a marcar.


La presión tras pérdida hace que los centrales solo se ocupen de anticipar. Y tras conocer ese concepto, se hace más comprensible que la llegada de Agger o Sakho no se produzca.



[*] Cuadros estadísticos de Squawka (Barcelona 7-0 Levante: http://la-liga.squawka.com/barcelona-vs-levante/18-08-2013/spanish-la-liga/matches)

[*] Disección de imágenes: Gonzalo Haro

8 mar 2013

Punch azul y grana



Las duras derrotas y el dolor de cabeza en portería quisieron ensombrecerse un rato. El equipo quería tener un momento de aire. De oxígeno. Un lapsus para encontrar algunas sensaciones casi perdidas. El partido ante el Depor significó eso, pero en el Barça quisieron hacer entender que esperaban algo más. Otorgaron el positivismo a la palabra gol aunque no fuera recomendable a estas alturas. A pesar de todo, un 2-0 poco contundente. Nadie sabe de aquí a dos meses que equipo habrá, pero algo salió a flote la noche pasada, que nos hizo creer en las distintas alternativas que el grupo tiene si pasa por problemas. El martes se hace esperar, como el once más competitivo.

Pensar cómo vencer al Milan pasa primero por una introspección. Es decir, el problema no fue con el rival; fue un problema propio. Por eso era tan importante el día de ayer. No era solamente recuperar "sensaciones". Era renacer el gol con, sobre todo, la generación de un juego determinante, que ayude a creer ante las circunstancias. Alexis, Villa, Thiago y Tello proponen esas cosas; caracterizadas por ser distintas. A merced de todo esto, el Barça busca reivindicarse en su juego ante los rossoneri. Y es que, antes de ir hacia las soluciones, deberá repasar sus fallos. San Siro fue testigo de todo lo que no debe hacer.

El equipo catalán, este año, es dueño de un ataque posicional distinto. La dirección de campo, es decir, el camino por donde se dirige el balón o la intención de ataque, no es la misma que hace un par de años. En 2010, por ejemplo, el equipo circulaba la pelota y su profundidad dependía de Xavi Hernández. Él era el conductor y el típico "director de orquesta". Con los cambios que trae el tiempo, un día el de Terrassa dejó de ser él, y quien suplió el trabajo fue Andrés Iniesta y Lionel Messi. Su función llegó a ser la misma: dar profundidad, aunque de forma mucho más vertical, tomando en cuenta su juego de cada uno. La clave o detalle es que, esta nueva vía no se origina de manera abrupta o forzada. Es decir, no quiero decir que el Barça sea un equipo "vertical", sino que finaliza o define su circulación con las acciones del manchego y el argentino. Es diferente. El movimiento de profundidad se da pos-circulación, o mejor dicho, después de girar (desordenar) el sistema rival.

Maneras de lograr la profundidad después de la circulación (antes y ahora)

Teniendo claro esta primera vertiente, la segunda abarca el efecto emocional que causa la ausencia de Vilanova. Este Barça sin el jefe conlleva riesgos. Justamente, en Milán surgió el más gordo; que el equipo comenzara a dudar. Está claro que Roura no abarca la experiencia que se necesita, y esto comenzó a notarse en el partido de ida. ¿De qué forma? La dirección de campo no fue la correcta.

Con esto de antemano, vayamos al asunto. Recapitulemos y comprobemos por qué el Barça dudó. Para empezar, recordemos que en Italia se presentó el once clásico de esta temporada. Todos los vaticinios señalaban a un Milan con muchísimos problemas defensivos, y que la balanza a favor de resultado culé era una cuestión de espera. ¿Qué pasó? ¿Por qué el Milan se volvió tan fuerte? ¿Por qué el Barça no chutó bien a puerta en 90 minutos?

En primer lugar, Allegri no plantó a su equipo retrasado. Juntó sus líneas, sí, pero siempre adelantadas, tocando casi la línea divisoria (cuestión que se ve a menudo en los rivales del Barça). Solo iban detrás de la espalda de su marca, y la única presión que ejercieron fue cuando el Barça recibía una pelota dividida o le tocaba a Valdés dar el primer pase. ¿Qué hicieron los culés? Sobre el papel, nada novedoso. La mayor atracción la tenía Iniesta que lograba superioridad numérica en banda izquierda. Messi andaba escoltado por Ambrosini. Pronto, sus movimientos empezaron a agitar la situación. Pero el problema y gran fracaso colectivo del Barcelona estuvo en la interrogante.

Y es que lo primero que se observó fue un bajo ritmo de balón. El Barça andaba lento. Desde un principio, Piqué, Busquets o Puyol no alcanzaban a tocar rápidamente, sino que, empezaron a pasar con la velocidad, que más adelante, los italianos agradecerían. 0 agresividad.






La aspereza de los italianos la produjeron tres características que a la vez, crearon la atmósfera de "no podemos entrar" o "no podemos crear ocasión de peligro". Un error fundamental que se asentó en la mitad de campo y que más adelante, con los problemas a raudales, desde el banquillo no pudieron solucionar.

-El inicio de la jugada fue la acción clave. Como Messi e Iniesta cobraron presencia en la base, se intentó verticalizar forzadamente, es decir, salteándose el primer paso: circular el balón por todo el acnho. Por culpa de ello, los costados, dejando de ser importantes, bajaron la dosis de peligro. Y al llegar alguna pelota a Dani Alves o Jordi Alba (que eran apoyos para los del centro), los extremos y laterales contrarios cubrieron bastante cómodos. El Barça aclarecía erróneamente un camino que partía del carril central.

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-Circunstancialmente (cambio de ritmo, cansancio y errores italianos), hay que decir que el Barcelona desde el dentro-fuera logró llegar. Fueron dos o tres jugadas que determinaron plantarse en 3/4. Aun así, las limitaciones estaban predichas. Con el Milan achicando en la frontal de su área, Dani Alves y Jordi Alba -llegando en carrera- fueron quienes finalizaron todo. Aquí acabó el ataque: en los centros, cuestión que fue pan comido para Mexes y Zapata.

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-Lo que remató la faena rossoneri y nuestra tortura a nivel mental y físico, fue el momento en el que el Milan tomó la bola. Condujo con toda la tranquilidad del mundo. El Barça de hoy no presiona ni es agresivo cuando pierde la pelota, y tampoco tiene una defensa estática sólida. No hay cosas que puedan servir para contrarrestar o si quiera molestar el paso de los rivales por nuestro propio campo. Se ven autopistas, incluso.

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El mal desempeño de la dirección técnica se notó en otra cuestión de suma relevancia: la opción Leo Messi. El argentino, con problemas serios anteriores días (aquí su completa lectura), tenía suficientes problemas para enfrentar a los centrales o a más de un rival, sin embargo, no era un excepción la garantía de pasar a uno solo y aprovechar espacios con rapidez. Más aun si no es cara a cara. Ante el Milan, se le presentó un panorama que lo situó en la derecha. Con la dirección de cuerpo rival distinta, Leo pasó de Constant, produjo el fuera-dentro de Dani Alves y obligó a que Muntari se dirigiera hacia el costado para frenarle, quedando el carril central bastante descuidado. No se entendió la falta de insistencia en ese "rol", pero fue sin duda la pista o solución más seria de cara al martes. Leo por derecha desestabiliza el sistema rossonero (click aquí para ver sus acciones). Como tan erróneo fue el plan, eso sí, todo ello (que nació sin ser planeado) fue desaprovechado.

Sobradamente, el once de ese día pudo sacar un gran partido. Al menos con un empate, pero mediante un camino con las cosas bastante claras. Confundidos en la gestación de la salida por una apuesta que aún está empezando a levantarse, el Barça debe buscar no solo contra el Milan -sino también contra el Real Madrid-, algo diferente.

Un plus que le ayude a volver a creer. Ya sabemos de las carencias que tuvo el equipo en San Siro, pero hablar solo del intento por "hacerlo bien" no encaja en una eliminatoria de Champions. Cualquier partido de tantas cicatrices y sentimientos encontrados no tiene estas cosas. En realidad, ningún partido de fútbol lleva una lógica. Este deporte no es ciencia. Por ello, ante todo lo demás, Tito desde Nueva York puede empezar a decidir si Alexis debe entrar para dar un aire nuevo y fresco.

¿Estará preparado el chileno? Una grandísima actuación puede noquear aun más la defensa organizada que imponga el Milan. Y es que la incorporación de Alexis, en mi opinión, se relaciona directamente con el puesto de Pedro. Me explico. Discutirle la titularidad a Cesc es más lógico por los problemas que pasa el de Arenys, pero supongamos que el equipo llegara a la orilla del área y Messi fuera opción por derecha. La presencia del '4' es la más importante junto a la de Xavi cuando se sitúa de espaldas en la frontal. Si el achique tan férreo por parte de los italianos no fuera posible por el vértigo que genere Leo en derecha, los espacios estarán mejor vistos, y ahí el juego de Fábregas dará muchísima fe. Solo por ello, y en ese sentido, no se discute su presencia.

Por otra parte, si se rechazara la Opción Leo Messi, creo que el Milan destinaría su posición en el centro. Embotellaría y regalaría las bandas sabiendo que el Barça tiende a centrar cada vez que pasa esto. Si se da la ocasión, Alexis puede rendir y sacar algo de bueno en la lucha con Mexes y Zapata. El único y preocupante detalle: que teniendo en cuenta que el chileno ve portería en una de cuatro ocasiones, el Camp Nou tendería a llenarse de ligero nerviosismo, y eso ante un partido donde tienes que marcar 4 goles no es aconsejable.

Al borde de su caso, está David Villa. El asturiano no es cualquier opción, ni una más. Su incorporación en banda izquierda forzaría a optar por el 4-3-3 con extremos y quitaría la superioridad numérica que se tuvo con Cesc Fábregas desde un comienzo. Claro que, circulando el balón, los espacios surgirían en gran dosis, pero la cuestión está al pisar área. Los rossoneros, a pesar de no hacerlo mucho, demostraron en la ida que saben reducir los espacios. La participación del "Villa centrado" (que es lo normal) no solo dejaría únicamente a Xavi en el rol de espaldas de la frontal, sino que aumentaría presencia en el área, y aquello sin algo que primero apueste por ganar posición (y en efecto, desordene), tiene poca garantía de éxito.

Por último, y ante la posible baja de Hernández, el fútbol de Thiago pone sobre la mesa un saco de aciertos y peligros. El chico ofrece dinamismo, elimina el espesor y produce mucha mayor activación mental en los de su alrededor. A la vez, no es un jugador que asegure conservarla (menos hoy que una pérdida provoca largos minutos de persiguir el balón). Sin duda, puede agitar un poco la situación, pero a favor o en contra.







El Barça, con la lección aprendida, debe tener en cuenta una cosa más: salir agresivo desde los primeros minutos servirá mucho. De arranque, dejará noqueado al rival. Y como el Real Madrid en Copa, estar mentalmente desactivado no te deja pensar en una salida fácil. Sin embargo, ante el análisis al juego culé que hoy día nos depara, asegurar un clima de tranquilidad tampoco tiene sentido. Vivimos otros tiempos. Este Barça es más "humano", y aunque al culé a veces le cueste asimilar, el ambiente de ahora es de adrenalina.

El precio del balón, por ejemplo, se ha encarecido mucho. A veces tanto, que el equipo juega para "evitar contras". Y soporta. Sufre. Pero por ello parece que también aprende. En dos días tiene que salir a atacar, y Vilanova está pensando en el tipo de punch que dará sorpresa. No hay más revuelo. De principio, circular bien el balón es tarea obligatoria. Lo demás, tarea de un Camp Nou avasallador y una plantilla repleta de optimismo.

6 mar 2013

La verdadera situación de Leo Messi


Messi fue hace días el foco de atención de muchos periodistas, pero no fue sorprendente que conclusiones concretas y objetivas no hubiera. El análisis no estuvo muy bien estructurado, y es que con solo números no podemos argumentar. Leo sufre su primer bajón desde que fuera leyenda. El chico que soportó temporada tras temporada partidos de altísimo nivel, presenta un ligero fallo en sus pies, cuestión no reprochable y más bien comprensible, como en cualquier gran futbolista. El hecho es que, ese bajón no es algo desapercibido, o no debe ser, y la razón es la misma por la cual el argentino se ha convertido en el jugador más determinante en el sistema culé después de Iniesta.. Messi acapara la más importante arma cuando el Barcelona llega a pisar el área rival. ¿Cómo? Pues junta rivales. Y todas nos retratan una sola cosa: que cuando Leo tiene el balón, al no ir dos o tres, sino cinco, crea espacios por la atención prestada (orientación del cuerpo, miradas, presión). Así pues, goles, transiciones y muchísimos ataques posicionales llegan a concretarse.

Ejemplo:


¿Qué pasa en resumen? Que Leo sigue haciendo goles, creando asistencias, pero ha perdido su arma más importante: el regate. Es decir, aún le salen, pero circunstancialmente. En definitiva, plantearse encarar es ahora mismo, difícil. Ya no arranca en slalom, pasa rivales o desborda. Cuando antes le salía cualquier diablura en medio de un diminuto espacio entre contrarios, ahora no. Entonces, ¿se supone que las pérdidas de balón son el problema? No. Todavía no hemos encontrado el dolor de cabeza.

Contra el Granada Leo Messi no perdió ni una sola vez la pelota. Por lo cual, la situación es la siguiente: al perder amenaza de regate, Leo ya no tira de su individualidad, sino directamente el Barcelona pasa de ello para que se dé rápidamente una asociación. Entonces si se obvia el más importante paso de "balón a Leo para crear espacios", el rival se posiciona muchísimo mejor y el Barcelona es más previsible. Esta es la cuestión:

Messi obvia su regate y pasa el balón. El rival está mejor posicionado para cortar la jugada.

En el fútbol a veces se depende de jugadores para poder aumentar muchísimo más tu potencial. A mi punto de vista, no comparto que se desaproveche recursos tan buenos como los desbordes de Tello o las rupturas de Alexis cuando Leo falla. Lo que faltó en Milan fue más algo de abajo que de arriba, y por ende, lo poco que le quedó a Messi se lo comió Ambrossini. Ante Sevilla, Roura le regaló 45 minutos de relax con Villa sujetando a los centrales, pero no pasó a ofrecer soluciones de cara al Clásico, que confirmó esa inferioridad tras la falta de su desborde que hace falta en minutos tan difíciles como de aquel día. Falta recuperar a nuestro genio; y ojalá que se dé lo más pronto.